martes, 15 de marzo de 2011

Despierta. Anthony de Mello.

¿Se puede decir que en estos últimos días no te has sentido como un hombre libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones? ¿No te has sentido así?

Pues estás dormido.

¿Qué ocurre cuando estás despierto?
No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.

Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos: "¿Qué te ha proporcionado la iluminación?" Y contestó: "Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión."
Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz.
El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro.

Lo insoportable es querer distorsionar la realidad, que es inamovible. Eso sí que es insoportable. Es una lucha inútil como es inútil su resultado: el sufrimiento. No se puede luchar por lo que no existe.
No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando un sufrimiento que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él, el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad...

Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida. Cuando despertemos, se acabó.

martes, 8 de marzo de 2011

La Oruga.

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un grillo.

- Hacia donde te diriges?-, le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó:- Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Sorprendido, el grillo dijo mientras su amigo se alejaba:- Debes estar loco!, Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? Vos, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo:- Hacia dónde te diriges con tanto empeño? Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante:- Tuve un sueño y deseo realizarlo, subir a esa montaña y desde allí contemplar todo nuestro mundo.

El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo:- Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa. Él se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir:- No lo lograrás jamás!- le dijeron, pero en su interior había un impulso que la obligaba a seguir.

Ya agotada, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. - Estaré mejor -, fue lo último que dijo, y murió.

Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.

Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.



Todos se habían equivocado.

sábado, 5 de marzo de 2011

¿Dónde está la felicidad?

Al principio de los tiempos se reunieron varios demonios para hacer una travesura.Uno propuso:
-Tendríamos que robar algo a los hombres. El problema es: ¿qué les robamos?.
Tras pensarlo mucho, uno dijo:
-¡Ya lo sé! Les robaremos la felicidad. Pero el problema está en dónde esconderla para que no la puedan recuperar....
Uno opinó:
- Podríamos esconderla en la cumbre de la montaña más alta.
Pero inmediatamente, otro replicó:
- No, recuerda que tienen fuerza. Alguna vez alguien puede subir y encontrarla. Si uno la encuentra, enseguida todos sabrán dónde está....
Inmediatamente otro propuso:- Vamos a esconderla en el fondo del mar....
Pero acto seguido le replicaron:
- No, recuerda que son curiosos. Alguna vez alguien llegará a construir un aparato para poder bajar y la podrá encontrar....
Y todavía otro dijo.
- Escondámosla en un planeta bien alejado de la Tierra.
Y le respondieron todos:- No, recuerda que son inteligentes, y cualquier día habrá alguien que construirá una nave que pueda viajar y descubrirla. Y entonces, todos tendrán la felicidad...
El último de ellos era un demonio que hasta aquel momento había estado callado escuchando atentamente cada una de las propuestas de los otros. Tras hacer un análisis de cada una, propuso:
- Creo saber dónde ponerla para que realmente nadie nunca la encuentre.
Los demás, sorprendidos, le dijeron a coro:
- ¿Dónde?.
El demonio respondió:
- La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.
Todos reconocieron que tenía razón y estuvieron de acuerdo. Y, desde entonces, ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad por todas partes sin darse cuenta que la lleva escondida dentro de sí mismo.

jueves, 3 de marzo de 2011

EL ÁNGEL DE LA VELA APAGADA

Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano... su hijo había muerto.
Desde la muerte y durante años no podía dormir... lloraba y lloraba , hasta que amanecía....
Un día, cuenta el cuento, se le apareció un ángel en su sueño. y le dijo:
- ¡Basta ya! -
- Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más...-
El ángel le dijo:
- ¿Lo quieres ver?-
...Entonces lo toma de la mano y lo subió al cielo.
- Ahora lo vas a ver, quédate aquí.-
Por una acera enorme empiezan a pasar un montón de chicos, vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, tal como uno se imagina el cielo con los angelitos.
El hombre dijo;
- ¿Quiénes son?-
Y el ángel respondió:
- Éstos son los chicos que han muerto en estos años y todos los días hacen éste paseo con nosotros, porque son puros...-
- ¿Mi hijo estará entre ellos?-
- Si, ahora lo vas a ver...-
Y pasan cientos y cientos de niños...
- ¡Ahí viene!,- avisa el ángel...
Y el hombre lo ve radiante como lo recordaba.
Pero hay algo que lo conmueve, de todos los niños, él es el único que tiene la vela apagada y él siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo.
En ese momento su hijo lo ve, viene corriendo y se abraza con él.
Él lo abraza con fuerza y le dice:
- Hijo, ¿Por qué tu vela no tiene luz?,
¿No encienden tu vela como a la de los demás?-
-Sí, claro papá, todas las mañanas encienden mi vela, igual que la de todos, pero...
¿Sabes que pasa?
Cada noche tus lágrimas... apagan la mía...-.